La córnea es una parte curiosa del ojo y, aunque muchos no lo sepan, es algo que puede trasplantarse. En proporción a sus dimensiones es la parte del cuerpo con más terminaciones nerviosas, y es un elemento imprescindible para tener una visión correcta. En ocasiones, la córnea pierde transparencia y es necesaria una intervención quirúrgica, en algunos casos para hacer un trasplante de cornea.
Ya has tomado la decisión, vas a operarte de la vista, y ahora te surgen millones de preguntas sobre el momento previo a la operación… y entre ellas aparece el tema de la anestesia. ¿Qué tipos hay? ¿Cómo es la recuperación? ¿Efectos secundarios? Para resolverlas te recomendamos que consultes a tu médico oftalmólogo, aunque te avanzamos aquí algo de información.
Todas las personas que tenemos un problema ocular nos planteamos la misma cuestión: ¿gafas, lentillas o cirugía ocular? Solemos empezar por las gafas, al menos al principio. Pronto empezamos a plantearnos la posibilidad de combinarlas con las lentillas y acabamos cuestionándonos la posibilidad de la cirugía ocular.
Muchas veces tardamos mucho en decidir si queremos operarnos de miopía. Probablemente ese ya sea el paso más importante. Sin embargo, para muchos, el momento de la verdad es cuando descubren si son buenos candidatos o no para la operación.
1. Imagen. Las gafas pueden dar un aire intelectual pero casi todo el mundo que las lleva prefiere una imagen personal sin gafas. 2. Lentillas. No todo el mundo puede llevar lentillas, o no demasiadas horas. Hay quien no soporta ni ponérselas. 3. Tele. Ver la tele recostado y necesitar gafas suele ser incompatible: las gafas se desvían de su posición hasta el punto que prefieres ver la tele sin gafas (es decir, no ver la tele, aunque esté delante y encendida).